Por David Acosta /
El alza al precio de los combustibles en los primeros días del año ha generado inconformidad. Por lo menos en 16 estados, incluidos Quintana Roo se han tomado estaciones de servicio por la afectación que esta medida causa a la economía familiar y en donde los gobiernos estatales se han mantenido al margen, a pesar del compromiso que tienen con la sociedad.
En Sonora, Morelos, Chiapas, Veracruz, Estado de México, Coahuila, Durango, Michoacán, Jalisco, Chihuahua, Guerrero, Querétaro, Oaxaca, Yucatán y Ciudad de México, son algunos de los estados en donde han iniciado estás manifestaciones.
En Quintana Roo este lunes iniciaron los movimientos en Cancún en donde unas 20 personas se manifestaron en la glorieta del Ceviche, mientras que en Chetumal más de 100 ciudadanos hicieron lo propio por las principales avenidas de la ciudad y tomaron por espacio de una hora la gasolinera Handall.
La trascendencia del hecho es la inconformidad de la ciudadanía que ya no tiene miedo salir a las calles para protestar por lo que “a leguas” se nota daña la economía de las familias. En la capital fueron muy claros en señalar, que el gobierno de Carlos Joaquín González, así como los diputados locales se han mantenido estáticos ante esta situación que se desprende de una acción impulsada por el presidente, Enrique Peña Nieto y los legisladores federales, gracias a la famosa reforma energética.
Pero además en el estado también están dañando a la sociedad con el reemplacamiento. Reclamaron que el actual, no es precisamente un gobierno del cambio por el que ellos votaron. Pues no se ve acción alguna para defender a la sociedad quintanarroense, es más de lo mismo.
No hay argumento que valga del gobierno estatal y de los legisladores locales, para permanecer callados y pretender inculcar que las manifestaciones de este lunes están politizadas. Por el contrario, politizadas o no las acciones son justificables ante un hecho que se anticipa cada vez más agudo.
Darse golpes de pecho y aceptar los abusos que el gobierno federal impone no es lo que la gente espera de sus gobernantes locales, menos anunciar medidas de apoyo que solo sirvan para cubrir su incapacidad para defender de frente el bienestar común.