Capital Política / Otro plan sin medición de resultados

08planPor David Acosta /

Joaquín Hendricks, Félix González y Roberto Borge, hicieron lo propio, presentaron un Plan Estatal de Desarrollo de Quintana Roo para su gestión y ninguno logró las metas planteadas. Ahora tocó el turno al gobernador, Carlos Joaquín González, que al igual que los anteriores, lució este documento estratégico con bombos y platillos, pero carente de medición de resultados sociales.

 

En su momento, los tres primeros pretendieron descifrar el hilo negro del desarrollo económico, político y social de la entidad, sin embargo los resultados obtenidos saltan a la vista. Un estado con pobreza, desigualdad social, corrupción, crisis económica e inseguro. 

Cada uno armó sus estrategias para llevar al estado hacia otro nivel de crecimiento y en papel plasmó lo que consideró se debía atender, con diferentes nombres, pero al final los mismos problemas. 

El ambicioso “estadista” Joaquín Hendricks, se atrevió a elaborar un plan estratégico de desarrollo 1999-2005 con alcance al año 2025. Este plan murió como la carretera de concreto hidráulico Chetumal-Bacalar, que comenzó a derrumbarse desde antes de terminar su gestión. 

Félix González por su parte elaboró su plan de gobierno 2005-2011 desde un despacho en Monterrey, que se centró en inversión y cuyo resultado solo acabó en un estratosférico endeudamiento. De Roberto Borge lo único que se recuerda a pesar de su Plan de Desarrollo Estatal 2011-2016, es el Programa de Basura X Alimentos. Aunque la administración actual se ha encargado de recordarle sus presuntas fallas.

Ahora, Joaquín González, presentó su Plan de Desarrollo Estatal 2016-2022, los puntos a atender desde el gobierno son similares, pero con diferente nombre y de acuerdo a las estadísticas actuales. Nada nuevo.

Desarrollo y diversificación económica con oportunidades para todos; gobernabilidad, seguridad y estado de derecho; gobierno moderno confiable y cercano a la gente; desarrollo social y combate a la desigualdad; y crecimiento ordenado con sustentabilidad ambiental, fueron los cinco ejes rectores en lo que se trabajará para lograr los objetivos de este nuevo plan.  

El problema no es elaborar un diagnóstico y decir qué es lo que se hará durante los sexenios, sino cómo se hará y sobre todo cómo medir los resultados, en el entendido de que no se trata de generar estadísticas que solo convenzan a los que llevarán a la práctica esta estrategia gubernamental, a los inversionistas o políticos.

Se tiene que aterrizar con resultados visibles para la sociedad. Los ciudadanos tienen que palpar el cambio positivo en sus bolsillos, casas, colonia o ciudad. 

Un punto importante de la planeación estratégica es decir cómo se medirán los resultados. Vicente Fox lo supo decir “cada familia deberá contar con un vocho y un changarro”, no lo logró, pero por lo menos tenía la idea de lo que pretendía. 

 

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