Por David Acosta /
La democracia es un proceso que dista en aterrizar en México y menos en Quintana Roo. El mayor logro es una alternancia atascada de simulación mediante un sistema de partidos que solo busca beneficios del grupo en el poder. En el presente proceso electoral estatal las tres coaliciones no presentan nada nuevo, siguen los dobles discursos, la corrupción y las traiciones, ensalzadas por la figura de los independientes que no es más que otra burla para los ciudadanos.
El pasado sábado venció el plazo para el registro de las coaliciones en Quintana Roo que participarán en el proceso electoral 2017-2018, cuya jornada será el próximo 1 de julio para la elección de miembros de ayuntamientos. Tres fueron las que se registraron: “Juntos Haremos Historia” integrada por los partidos Morena, Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT); “Por Quintana Roo al Frente” conformada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC); y finalmente “Coalición por Quintana Roo compuesta por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal).
La primera coalición cuestionada porque sin excepción los tres partidos que la integran son un refugio de ex priistas, que en algunos casos encabezarán las candidaturas en los municipios. Sus líderes Gregorio Sánchez, José Luis Pech Várguez y Hernán Villatoro Barrios, se encargaron de hundir a la alianza en su conjunto. Para variar, de último minuto, una fractura con el PT por la manzana de la discordia en Quintana Roo: Benito Juárez. Se quedaron cortos con su eslogan, lo cierto es que “ya son historia”.
“Por Quintana Roo al frente”, conformada por los partidos del “gobierno del cambio” y MC, es una muestra de que en el estado todo sigue igual la simulación, la traición, el engaño, la falta de compromiso y la corrupción. Funcionarios y políticos, que ni siquiera lograron deducir las palabras “gobernar” o “servir” ahora buscan encabezar las planillas para los ayuntamientos. Están de “chapulines” tratando de lograr escaños más altos, pese a que fue su crítica más férrea cuando fueron oposición (y no tardan en regresar). Aunado a ello, está el hartazgo ciudadano avivado por el despido de trabajadores, incumplimiento de promesas, aumento de la inseguridad y una crisis económica que no tiene para cuando acabar en especial en el sur del estado, zona geográfica que fue pieza fundamental para que el gobierno en turno ocupe la silla del segundo piso del edificio ubicado en la avenida 22 de enero # 1. Efectivamente, pusieron a “Quintana Roo al Frente…” y en contra.
La tercera coalición es sin duda la más repudiada en la entidad, hablar de PRI-PVEM y Panal, es sinónimo de corrupción. Estos partidos están en la lona, todavía no se reponen del último proceso electoral. Las fracturas internas, los malos gobiernos y la salida masiva de militantes (del tricolor), ha provocado que su situación empeore, a ello hay que sumarle las imposiciones de candidatos y la permanencia al frente de líderes como el propio presidente estatal del PRI, Raymundo King de la Rosa, quien ya se perfila para una senaduría. El problema mayor, es la pérdida del control económico gubernamental desviado para los procesos electorales, ahora hay otro equipo para ese trabajo. La falta de ideas y de propuestas, se refleja incluso en el nombre de su alianza a la que solo le agregaron la palabra “coalición”.
La figura de candidatos independientes es la burla más grave hacia la democracia y los ciudadanos. Los candados que se traducen en desventajas, dejan imposibilitados, en Quintana Roo, a los aspirantes (hasta ahora 12) para lograr la victoria por esta vía en julio próximo. Las modificaciones a la legislación, solo buscan legitimar una participación que no tiene “piso parejo” con los partidos políticos. La falta de prerrogativas, los minúsculos periodos de tiempos para cumplir con los requisitos y el número de contendientes que participan por cada cargo, son sólo algunos de los temas que deben ser revisados por los diputados.
El escenario democrático en Quintana Roo no tiene pies ni cabeza, en donde los únicos ganadores serán los partidos políticos, en coalición o de forma individual, mientras que desde siempre los grandes perdedores son y serán los ciudadanos. www.newsquintanaroo.com