Chetumal, 17 de agosto.- La Coordinación estatal de Protección Civil vigila una baja presión localizada a 900 kilómetros al suroeste de las Islas Cabo Verde, que está acompañada de copiosas lluvias e intensa nubosidad, la cual presenta una probabilidad del 60 por ciento de desarrollarse en una depresión tropical y considerando el comportamiento climático de las últimas semanas existen condiciones para no quitarle la vista y seguir su derrotero porque puede crecer, indicó Juan Granados Ontiveros, coordinador operativo.
Dijo que en este momento la baja presión se encuentra en la fase de discusión meteorológica, debido a que tiene un desplazamiento muy rápido desde la zona donde se originó y se empieza a organizar con dirección a las Isla de Cabo Verde, y una vez que pase ese punto, los pronósticos del clima podrían cambiar y ser más precisos en torno a lo que se podría esperar.
En este momento se tiene una vigilancia constante, se le sigue en su comportamiento y se toman las lecturas de su desarrollo, considerando que de esa zona son los huracanes que en la mayor parte de las ocasiones tienen una trayectoria surcando el Atlántico y llegan al Caribe.
“Una vez que pase por Cabo Verde, podríamos tener una lectura más concreta o saber lo que se puede esperar de esta baja presión, por lo que tenemos al momento hay un 60 por ciento de condiciones para que se forme una depresión, pero no podemos anticipar más; lo que si tenemos claro es que existen condiciones para que se desarrolle”, explicó.
La presión atmosférica y la ruta de trayectoria es importante mantenerla en observación, otras bajas presiones en esa zona se han desviado en el Atlántico y suben sin representar una amenaza para las islas del Caribe, pero lo que hay ahorita y es algo que se tiene en contra, es que la temperatura del mar es muy alta, está arriba de los 38 grados, cuando debería ser de 26 o 27 grados, para que no se den las condiciones de la formación de un huracán.
Reportes de meteorólogos del Golfo de México advierten que hay condiciones para que se forme un ciclón en las próximas horas, el meteorólogo Isidro Cano Luna alertó que las aguas del Golfo de México registran un creciente calentamiento y antes de que termine agosto podrían generarse condiciones para actividades ciclónicas.
Datos proporcionados por pescadores y la tripulación de los barcos que surcan el Golfo concluyen que hay una gran actividad en la temperatura marina y que está muy elevada, la tripulación de buques mercantes que van de Cuba y la zona de Los Cayos en Florida llega a 38 grados, lo que quiere decir que se tiene un Golfo de México y un Mar Caribe en potencial riesgo para dar lugar a disturbios y tormentas tropicales en cualquier momento”, dijo Cano Luna.
El meteorólogo explicó que el primer requisito para formarse una circulación de ese tipo es la temperatura superficial del mar, arriba de 27 grados.
En entrevista telefónica con Granados Ontiveros confirmó que esta es la mayor preocupación que se tiene porque tanto la temperatura del mar es muy alta como la presión atmosférica, y que ambas combinadas podrían desembocar en un ciclón si continúan los próximos días.
En la actual temporada de lluvias y huracanes se han generado tres tormentas tropicales en el Atlántico y ya van casi 2 meses sin que se registre otra.
Detalló que empiezan como zonas de baja presión, se forman disturbios tropicales, luego vienen las depresiones tropicales a las cuales se les asigna un número. Si los vientos máximos sostenidos de esas depresiones alcanzan 63 kilómetros por hora se convierten en tormenta tropical y se les asigna un nombre propio.
El coordinador operativo de Protección Civil dijo se observa con mucho detalle el comportamiento de la baja presión porque además de tener los ingredientes necesarios para desarrollar una depresión y llegar a la formación de un huracán, nos encontramos próximos a septiembre que es el mes más crítico de toda la temporada ciclónica.
Un reporte de Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó que desde ayer se vigila una zona de baja presión en el Océano Atlántico, ubicada a 900 kilómetros al suroeste de las islas Cabo Verde y a cinco mil 800 kilómetros de las costas de Quintana Roo.