Por Daniel Ramos
Chetumal, 8 de octubre.- Pese a que desde inicio del año 2012, entró en vigor la Ley que prohíbe la venta de comida “chatarra” en escuelas, al día de hoy, la mayoría de los planteles de nivel básico del estado, no solamente permiten y hacen caso omiso a esta normatividad, sino que también permiten la comercialización de este tipo de alimentos al interior de las escuelas, lo cual contribuye aún más a la mala alimentación y a los índices de obesidad infantil, en el que Quintana Roo ocupa primeros lugares.
Dicha medica entró en vigor el 10 de enero del año pasado y en un inicio, la venta de comida chatarra en escuelas fue prohibida por los directivos de los planteles y fue bien captada por las cooperativas de las escuelas, no obstante a varios meses de haberse aplicado esta Ley, ahora es desobedecida por las autoridades, cooperativas y vendedores ambulantes que rodean las escuelas de nivel básico.
Por ejemplo, en la primaria Solidaridad ubicada en la colonia del mismo nombre, es permitida la venta de todo tipo de frituras, dulces y demás productos con alto contenido calórico, sin importar la salud de los niños que acuden al plantel y quebrantando los lineamientos de dicha legislación, sin que la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ), actué en consecuencia.
De igual manera es permitida la venta y distribución de comida chatarra por parte de ambulantes y tenderos, que tienen sus negocios a las afueras de las instituciones educativas, como si fuera legal, ofrecen dichos productos a través de las rejillas de la barda que rodean las escuelas, sin que alguna autoridad intervenga.
El principal motivo por la cual directivos de escuelas permiten la venta de comida “Chatarra”, pese a que está prohibido desde años atrás, se debe a que reciben cuotas diarias por parte de los venteros, sean de las cooperativas o ambulantes, al permitirles vender estos productos a los estudiantes, muchas veces con precios altos.
Es importante señalar que Quintana Roo ocupa el primer lugar en obesidad infantil a nivel nacional, pese a ello estas prácticas que ponen en riesgo la salud de los niños,se siguen permitiendo.