José Jáimez /
Con el despido del 50 por ciento de su personal de apoyo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se confirma lo que todo mundo sabe y que negaban sus dirigentes, que la nómina desde el presidente hasta el más humilde de los barrederos, era pagado por el Gobierno del Estado en turno.
Esto no es privativo del Comité Ejecutivo Estatal del PRI en Quintana Roo, en estados gobernados por el este partido e incluso en el Comité Ejecutivo Nacional, la nómina es pagada por los gobiernos.
Ahora le tocó el turno a los dirigente priistas quintanarroenses, quedarse sin la jugosa partida presupuestal que les daba en los “oscurito” el gobierno estatal y municipal.
Hace unos días el mismo secretario general de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en el estado, José Alfredo Ramos Tescum, “lloraba como Magdalena”, por el hecho de que tendría que pagar con su dinero la ida a la Ciudad de México, para asistir a su Congreso Nacional.
Es ahora que la secretaria general el PRI, Alondra Herrera Pavón, reconoce que tendrá que “ajustarse el cinturón” y deshacerse de 50 de las 100 personas que cobraban en nómina en su partido.
Esta es una de las facturas que pagan (y vendrán otras más) por negarle a Carlos Joaquín González la posibilidad de haber sido el candidato del PRI-VERDE ECOLOGISTA-PANAL, a la gubernatura del Estado.
Se lamentarán directivos y militantes la mala decisión de sus superiores, que si bien aún son cabeza de partido en breve ocuparán cargos en el congreso local, al menos uno Raymundo King de la Rosa, los demás verán cómo se acomodan en el gobierno entrante.
De haber tenido “una bola mágica” para ver lo que ahora padecen, seguramente no hubieran cerrado toda puerta al ahora gobernador electo, al grado de llamarlo traidor. Mantendrían lo que están a punto de perder, el jugoso presupuesto anual de las arcas públicas. ¿No cree Usted?